Para la definición de metacine y metadocumental nos hemos basado en autores teóricos y así entender estos conceptos, de esta manera también poder crear una obra que se adapte a su definición.
Entender estas definiciones comporta que antes tenemos de centrarnos en el prefijo meta-. Para ello hemos escogido una definición de la Real Academia Española que se presenta así: prefijo que puede significar "junto a", "después de", "entre" o "con", unos significados que hacen que nos acerquemos a nuestro objeto. Nos centramos en "junto a" o "con", ya que en las siguientes definiciones se mostrará como este prefijo nos une a su palabra central, en este caso cine y documental.
Este concepto fue introducido por la Escuela de Viena y por la Escuela polaca ante la necesidad de distinguir la lengua de la que hablamos de la lengua que hablamos, ya que las lenguas tienen la posibilidad de hablar de ellas mismas y no solo de cosas, presentándose como un lenguaje de descripción que se describe ella misma. Así pues, un mismo lenguaje puede hablar de él mismo. Ante esta necesidad, se introdujo el concepto metalenguaje, así pues, podrían diferenciar de qué hablamos de con qué lo hablamos, es decir, hablar del lenguaje que estamos hablando.
Con el concepto metadiscurso aludimos a cualquier proceso de autorreferencia o descripción de un arte o una ciencia. Se trata de aquel discurso que habla de él mismo o se quiere referenciar mediante su mismo discurso; es lo que pasa cuando hablamos de metacine o metadocumental.
Definidos estos conceptos, podemos introducirnos en el metacine. Para ello hemos escogido como referente al Doctor Luis Navarrete, según éste el cine también puede utilizarse para hablar de su mismo lenguaje. Entiende el metacine como aquel que habla de si mismo ya sea mostrando su realidad a través de objetos cinematográficos o haciendo alusión mediante films: "todo lenguaje necesita hablar de él mismo". El cine a veces emplea el metadiscurso sin darse cuenta. No es raro contemplar como un film emplea códigos usados por otro.
Nos basamos también en Carlos Losilla, más específicamente en un artículo que presentó en la Revista Vértigo, en "Tautología y metacine" dentro del capítulo "Cine en el cine" no 10, junio 1994. El autor señala la década de los 80 como el inicio y la proliferación de este fenómeno del metacine: "Todo esto viene a cuento, claro está, de que el posmodernismo cinematográfico de los 80 [...] puede hoy contemplarse en el fondo como una mera repetición de esquemas, un comentario irónico sobre el propio pasado del cine y los mecanismos que ha ido inventando a lo largo de los años".
Según Losilla, en estos años el cine no necesita mostrar cámaras y pantallas para que una película hable de cine, ya que puede utilizar otros discursos para hablar de él mismo. En palabras de éste, hasta la II Guerra Mundial, el cine responde a las etiquetas de Modo de Representación Institucional (M.R.I.), narración clásica o puesta en escena invisible. Éste cautiva al espectador exponiéndole nuestra propia experiencia real.
En 1945, el cine es aceptado como acto cultural, y empezarán a surgir otros tipos de discursos diferentes a los institucionalizados. Sobre todo la llegada de la televisión impulsará al metacine, ya que abre puertas para nuevas creaciones y así hablar de él mismo. Se trata de obras "con poder reflexivo sobre la propia naturaleza del medio, libres de las sujeciones de la estricta política hollywoodiense".
Así, vemos que en determinados momentos de la historia del cine, se ven puntos de inflexión donde éste va desarrollando y va cambiando su narración y discurso para adentrarse en nuevos modos de representación, aceptando el nacimiento del metacine. Al principio sólo se muestran cámaras y pantallas, es decir, para hablar de cine se necesitaba mostrar los elementos que forman parte del cine físicamente. Ahora simplemente basta utilizar la memoria cinematográfica, hablar o hacer alusión a otras películas, o a cosas que hacen referencia al mismo cine sin estar presente físicamente.
Algunos ejemplos de metacine son:
Ocho y medio, un film de Federico Fellini del año 1963, es un ejemplo de ese metacine que no muestra cámaras y pantallas sino que habla de su mismo discurso a través de su mismo lenguaje. Este film nos muestra las inquietudes y actitudes de los directores de cine, es decir, habla sobre su mismo ramo lingüístico, sobre cosas que pertenecen a su mismo discurso. Éste es un ejemplo claro de la descripción de Carlos Losilla, ya no hace falta hablar de cine mostrando cámaras y pantallas, simplemente se muestra el mismo cine con cosas que pasan dentro de él y que además nos acercan a su realidad.
Tristram Shandy es una película más reciente, del año 2005, de Michael Winterbottom que nos sirve también como claro referente de metacine ya que habla directamente de él. Se trata de un film donde se muestran cámaras y pantallas para hablar de cine. Tristram Shandy, es la vida o montaje de una película, se muestra su preparación, ensayo, grabación, e incluso la vida de los personajes fuera del rodaje, de una película de época. También se muestran cuestiones de maquillaje, la preproducción, etc., es decir, se nos muestra a través de un film cómo se produce uno.
Un metadocumental es lo mismo pero aplicado a un documental. Para hablar de ello nos hemos centrado en Julio César Goyes, profesor del Instituto de Estudios en Comunicación y Cultura (IECO), en Colombia. Éste afirma que cuestiones como la producción, el montaje o el sonido, dejan de ser complementos de la creación para entrar a formar parte de ella. Así, según Goyes, "el espectador pasa a formar parte de la creación".
Es difícil encontrar proyectos semejantes al nuestro y que se definan como metadocumental, pero hemos encontrado un claro referente: Estado Crítico: El Documental, de una productora venezolana que ha creado un documental de tres horas para televisión, con capítulos de media hora para ser emitidos.
El documental enseña y desmitifica lo que con el tiempo ha ido creando el género documental, se basa en opiniones de diferentes profesionales y entendidos sobre el tema.
En su página web se definen así: "busca abarcar las repercusiones sociales, políticas, éticas y estéticas del género audiovisual, desde la perspectiva de sus creadores, cultores, especialistas y críticos, con el fin de desmontar, desmitificar y desarmar la teoría general del lenguaje de no ficción".
DOCUMENTAL DE AUTOR
MetamentalDOC tiene como tema principal el cine documental de creación. Para trazar una fundamentación teórica básica de este proyecto es necesario analizar cada palabra de esta definición por separado: cine, documental, de creación (o de autor).
Para comenzar a trazar un marco teórico hemos recogido dos definiciones de documental: la primera que se acuñó y la que abanderó a finales de los 40 la Unión Mundial del Documental. Hemos considerado necesario un acercamiento general a la problemática de la definición del género documental y sus límites. Se hace imposible encontrar una definición única debido a la falta de un canon fijo de lo que es documental pero con esta selección hemos creído que se ejemplifica el problema de la definición, que es lo que nos interesa, al fin y al cabo, en el caso de metamentalDOC.
El director británico John Grierson definió y popularizó el término documental en la década de 1930 como "el tratamiento creativo de la actualidad". Esta conceptualización creó la definición del documental entendido como un registro artístico de la realidad. Y desde entonces el debate entre "subjetividad vs. objetividad" en el documental no ha cesado. Todavía hoy existen opiniones muy diversas sobre la legitimidad de que el documental manipule premeditadamente la realidad que fotografía y también sobre la imposibilidad de una objetividad total al hablar de documental.
Los intentos para definir el cine documental han sido constantes. En 1949 se formuló una definición, a partir de las reflexiones encabezadas por la Unión Mundial del Documental: "todo filme que da cuenta de hechos reales y apunta a hacer comprender problemas de orden económico, cultural y relativos a las relaciones humanas". No se habla, en esta definición, ni de subjetividad ni objetividad, tampoco de creatividad o arte, ni de autor y obra, sino de hechos reales y problemas humanos. Es así como la palabra documental comenzó a restringir su amplio significado y se ciñó a delimitar únicamente obras de corte social, divulgativo e histórico: el documental expositivo.
Con la llegada del siglo XXI todavía existen problemas en cuanto a la definiciónde la no-ficción, el documental y sus límites. Para ejemplificar este problema de la definición de géneros y estilos cinematográficos recogemos las declaraciones de Alan Berliner (Wide Awake, 2006; Nobody's Business, 1996; o The Family Album, 1986) en las que expresa que se siente incapaz de definir su propio estilo cinematográfico. Hablamos nada menos que de uno de los documentalistas norteamericanos más destacados de la actualidad, una figura más que reconocida del panorama documental contemporáneo, que se sincera en una entrevista afirmando que:
"Siendo honesto, nunca he encontrado una categoría o una escuela en la que me sienta cómodo. Nunca me he tenido por un cineasta documental (al menos en el sentido tradicional), y a pesar de mi currículum universitario, tampoco me considero un cineasta de vanguardia. A lo largo de los años, mis películas han sido descritas indistintamente como no ficciones personales, documentales experimentales, ensayos fílmicos y autobiografías. Mis instalaciones han sido definidas como esculturas sonoras, vídeo arte, para-cine e interactivas. Para alguien que siempre está tratando de romper los límites (...) el cómo soy catalogado (como artista) no me importa demasiado."
Por otra parte también hemos considerado importante relacionar el tema principal de nuestro proyecto con la historia del cine, es decir, ligar la importancia del cine documental con los orígenes del Séptimo Arte. Cabría decir que el documental, es una forma de hacer cine y, valga la redundancia, también se puede afirmar que fue la primera forma de hacer cine. Antes de que el cine pensase en crear situaciones irreales, ficticias, el cine era básicamente captación de imágenes del mundo real. Los hermanos Lumière son considerados a nivel mundial los padres del cine. Gracias a su invención, el cinèmatographe (1895), deudor en gran medida de los intentos de Thomas Alva Edison y los experimentos de Edward Muybrigde y Jules Marey, ambos fotógrafos, comenzaron a rodar situaciones cotidianas de su vida. Es decir, comenzaron a realizar las primeras películas cinematográficas, los primeros documentales.
"El cinèmatographe podía transportarse fácilmente como una pequeña maleta. De manejo manual, no dependía de la electricidad. El mundo exterior –que no presentaba problemas de iluminación (...)- llegó a ser el terreno de trabajo. Se traba de un instrumento ideal para captar escenas en vivo, sur le vif, como lo expresó Lumiére."
Al pretender realizar, pero al mismo tiempo, analizar el género documental y el documental de creación, es preciso remontarse a momentos clave en la historia del cine documental y su evolución. Conocer el por qué y el cuándo del género documental de información y del documental propagandístico se hace imprescindible para entender el documental actual.
El contexto social de la década de los 20 convirtió al documental en narraciones de denuncia social e hizo relegar el carácter íntimo y estético que le otorgaba su autor a la obra. El género documental de información, surgió en numerosos países europeos con forma de noticiarios. Vinculados a la actualidad inmediata, eran revistas cinematográficas donde se alternaban las noticias más recientes con algún tipo de breve reportaje sobre contenidos más intemporales. UFA, en Alemania, Gaumont en Francia, NODO en España y Settimana Incom, en Italia, son los ejemplos más importantes a nivel Europeo. Estos espacios convirtieron al documental en vehículos propagandísticos, al igual que grandes documentales cinematográficos como la saga Why we fight de Frank Capra, la visión americana del conflicto, o El Triunfo de la Voluntad de Leni Riefenstahl, al servicio del Tercer Reich.
A lo largo de los años 50 y 60, el documental fue perdiendo fuerza en detrimento de las grandes películas de Hollywood. A partir de esos años ha resultado difícil identificar documentales comerciales que gozaran de la clamorosa acogida del público. El género se fue diluyendo y pasó a alimentar los llamados espacios informativos de las nacientes emisoras de televisión. Se desvalorizó el documental como pieza artística y se reforzó como arma de información y conocimiento. El documental como arte cinematográfico se relegó a la exhibición alternativa, en circuitos paralelos, vinculados a ambientes culturales y políticos.
Uno de los fundamentos del argumento de metamentalDOC es la exaltación del género, así como la distinción entre lo que se conoce comúnmente como documental, el documental expositivo, el documental televisivo, y la contraposición con lo que se entiende como "documental de autor".
El documental pretendidamente expositivo es el alma del reportaje, como género periodístico. Y ahí subyace gran parte del debate en cuanto a la distinción de las dos formas. En contraposición hablamos del documental cinematográfico, la forma artística, que prescinde de la captación de datos y su comprobación y se centra en la estética de la imagen real.
El documental televisivo suele comprender un problema de delimitación de dos modalidades, una periodística y otra cinematográfica que coexisten y se solapan: el reportaje de investigación vs. documentales para TV (expositivos, la mayor parte). Desde la década de los 60, con la llegada de la televisión, la frontera entre los dos géneros se difuminó hasta límites insospechados. Los noticiarios, dejaron paso a los programas de reportajes de investigación de amplia duración y los documentales de 50 minutos. El siglo XXI significó que el documental televisivo empezara a debilitarse y a concebirse como un género estereotipado (de animales, ciudades, históricos...) y reclinado a emitirse por canales temáticos de pago (educativos, de viajes, de historia, de naturaleza...).
Normalmente se viene denominando reportaje a "todo trabajo documental más directamente vinculado a la actualidad, con la realidad más inmediata, con los acontecimientos del devenir político, con la investigación de hechos y las conductas sociales que conforman nuestro entorno, con los conflictos del mundo que nos rodea." Documental y reportaje subyacen de una misma metodología de trabajo: las reglas narrativas, la estructura, el lenguaje audiovisual, el material grabado en vivo, etc. La mayor diferencia estaría pues en el formato: cinematográfico, principalmente, para el género documental y televisivo para el reportaje periodístico. El problema surge en la diferenciación del documental televisivo y el reportaje; el dilema radica cuando los dos géneros toman la misma plataforma para su exhibición. Lo único que cabría decir en cuanto a esto es que la función del documental no es informar, sino crear arte a partir de la realidad.
El documental de autor, por su parte, no es una modalidad sino una forma indeterminada de crear documentales artísticos. Documentales donde lo que prima es el autor y en donde se denota una mayor persuasión del documentalista, sobre todo en la elección de las imágenes y planos, comprendidos como más subjetivos por su hincapié en la belleza y no tanto en la contrastación visual de lo que anuncia la voz en off.
Por encima de los argumentos anteriores que forman parte de la temática que tratará metamentalDOC, este proyecto cuenta con una base temática clara: el concepto y situación del documental de autor. Ninguna imagen, ninguna situación, puede ser filmada sin alterar su estado original y por lo tanto la subjetividad se impone siempre. Desde su aparición, las obras documentales han sido formas de representación y nunca ventanas de la realidad. Un documental no es una "fotocopia" de la realidad sino más bien una interpretación de la misma. El realizador es un testigo que participa y no es un observador neutral.
Patricio Guzmán, reconocido documentalista chileno, intenta acotar la complicada definición de documental de autor:
"(...) hasta hoy día consiste en mostrar cualquier actividad humana, por simple que sea, pero siempre bajo el punto de vista personal del cineasta. Fueron películas con mayores recursos narrativos que los viejos documentales. Pero ni la técnica ni el dinero eran lo más importante, sino su manera de contar las historias, exponiendo cada tema con más sentido del relato, sin apoyarse sólo en la voz en «OFF» del narrador sino también en sus propios personajes y utilizando mejor el lenguaje cinematográfico. La aparición de este nuevo tipo de documentales elevó la categoría del género, que abandonó el «realismo» y la retórica educativa de los primeros tiempos."
El denominado documental de creación (o de autor) es una definición que surgió en Francia, en 1986, con el motivo de intentar definir el género y diferenciarlo de los reportajes y los magazines televisivos.
Se cayó en la redundancia, ya que el documental es siempre creativo. La única huella visible diferencial era la calidad. Pero este punto también es conflictivo: documentales de autor con calidad tanto temática como estética chocan con reportajes periodísticos originales y con gran calidad de imagen y forma.
La definición francófona, con todo, se afianzó y mantiene el mismo vigor actualmente:
"El documental de creación trabaja con la realidad, la transforma, gracias a la mirada original de su autor, y da prueba de un espíritu de innovación en su concepción, su realización y su escritura. Se distingue del reportaje por la maduración del tema tratado y por la reflexión compleja y el sello fuerte de la personalidad de su autor".
Incluso TVE en la presentación de un programa de documentales de creación para su segundo canal (La 2), llamado Documenta2 define documental de autor o de creación como:
"Películas documentales en las que la manera de contar depende del sujeto y de la implicación personal del autor, que suponen una reflexión y que van más allá del simple registro de los hechos. Un lugar para exponer temas tratados sin el condicionamiento de la actualidad, para reavivar la memoria, con la libertad que dispone esta forma narrativa alejada de los imperativos y normas usuales de la ficción. Visiones plurales y personales que dan testimonio y documentan la complejidad de lo real."
En la actualidad se entiende como documental de autor aquel medio que de forma personal trata desde grandes historias a pequeños relatos. Son obras representadas bajo la mirada interior de sus autores y plagadas de subjetividad. Estas obras poseen la huella personal de sus autores, es por ello que se le denomina documental de autor o documental de creación.
(en relación a las citas bibliográficas, consultar PDF del trabajo completo)